domingo, 30 de diciembre de 2007

DESMIÉNTANME...





... una prueba de que hay asiáticos hermosos y que no todos se parecen. Ahh!! Importante: Takeshi Kaneshiro no es chino, es taiwanesss. Algo más?

miércoles, 26 de diciembre de 2007

UN PEQUEÑO ASIMPSONAMIENTO


CUANDO HABÍA DE DÓNDE INSPIRARSE

Campanas nocturnas.
Dos corazones
van de la mano por el callejón.

martes, 25 de diciembre de 2007

UN POCO DE ARTE MIKELOOP


EXTREME CLOSE UP

Tenía la sala llena de pinitos car-freshner, todos black ice. 74 miniaturas desquiciando el aire con su mezcla de perfume masculino y desodorante barato. Inicialmente me atrajo esa extravagancia, no porque me gustara, sino por mera curiosidad. Seguramente detrás de todo había posibles asesinatos y cuerpos en el sótano ocultos por el aroma; descuartizamientos y fragmentos de carne en el congelador dispuestos para el desayuno. Conclusiones inevitablemente hollywoodenses.
A la quinta ocasión de visitarlo descubrí todo. En pleno ajetreo pasional, el susodicho se desvistió a prisa. Botó la camisa y el pantalón a un lado del sofá y los zapatos en una arista de la sala. A los pocos segundos una terrible peste invadió el ambiente. La esquina guarda calzados parecía estar frente a mis narices. No me contuve: vomité, tome mis cosas y salí corriendo a la calle. Ubiese preferido seguir con mis conjeturas cinemáticas.

domingo, 23 de diciembre de 2007

SOBRE LA EXTENSIÓN DE LAS COSAS

- ¡Aprovechemos la hoja que tenemos de límite para escribir una minificción! ¿Para qué usar sólo cinco renglones?
Mi cerebro huyó como el de Homero frente a la palabrería de Flanders.
Después del shock atiné a ir por otra cerveza y no volver a la mesa de ese estúpido.

jueves, 20 de diciembre de 2007

DESDE ENTONCES

Cuenta la leyenda que en la tierra existía un hombre que amaba obsesivamente las palabras. Las pensaba, las decía, las olía en esporas de polvo. De noche tras horas de desvelo las leía en sombras, traduciéndolas luego al papel. Eran su alimento. Como todo enamorado, sospechaba en momentos el desaire de su amante y sufría en continuos insomnios. Ante tal incertidumbre, la musa decidió darle muestra de su recíproca fidelidad.
Y fue así que durante el danzar efímero del fuego de una vela, el mortal, que buscaba en la profundidad del espejo, vio el lento transmutar de su semblante, alargándose la nariz hasta formar una detallada Jota, los rizos de su cabeza se cubrieron de Eses y Zetas, su tronco adelgazó en una enorme Te, brazos y piernas fueron reemplazadas por Pes y Bes, una U cubrió sus labios y a sus ojos redondas As que desprendían suavemente desde su palito alegres gotas saladas. Desde entonces los hombres amanecen con residuos en los lagrimales, y al no saber por qué atribuyen falsamente el hecho a meros procesos químicos.