sábado, 31 de enero de 2009

A FALTA DE TWITTER

Debido a un autodesprendimiento de mi muy queridísimo Twitter (trips que desglosaré en otra ocasión) y de la necesidad de expulsar palabras a través de mis dedos, recurriré contínuamente a este medio, algo que mi pobre blogsito rosa necesitaba (creo!). Ahora, sólo les digo a aquellos que pasan seguido por aquí y normalmente se encuentran con los post de hace siglos, estén pendientes. Gracias por los ánimos y por continuar visitando mis lares prosísticos.

TELCEL Y SUS BUENOS MODALES

Hace algunas semanas (como dos meses, para ser exacta) iba yo tranquila rumbo al centro de la ciudad en un autobus, inerme en la lectura de un mega libro que hacía rato me prestaron, cuando me llegó un mensaje al celular. Yo ilusa creí que alguno de mis amigos me mandaba buenos deseos para el ajetreado día o por lo menos algún recordatorio de trabajos o reuniones pendientes. No me equivoqué en lo del amigo, pero si en el remitente directo: Telcel. El susodicho mensaje decía:
El usuario 664blablabla trató de comunicarse contigo, pero su saldo es insuficiente para completar la llamada.

Caray ¿estaba leyendo bien? Sí, Telcel diciéndome que un amigo amiguísimo me marcó, pero no tenía crédito, por lo tanto yo, como buena amiga amiguísima, debía regresarle la llamada. Y fue lo que hice, primero por la sorpresa y segundo porque quería saludar. Por supuesto que mi amigo se sorprendió. Nos saludamos, hablamos un poco al respecto y colgamos.

Esta no fue la única persona, no contaré las siguientes veces, ni las confusiones o sonrojos de los llamantes en "carestía". Pero sí diré que como siempre, nuestros queridos Dictadores Mercantes salen con ese tipo de "servicios" que no son requeridos, como el maldito anuncio que aparece cuando mandas algún mensaje o cuelgas de alguna llamada y profesa que tu crédito está a punto de terminar (anteriormente llegaba con cifra de tu capital restante), que estás cayendo en la pobreza y que muy pronto no tendrás manera de comunicarte, que no serás nadie sin saldo, snif.

Finalmente uno está en la disposición de utilizar este tipo de cosas a su favor. Así que si llega algun Mensaje pobre, como decimos Noé y yo, tu libre albedrío te dirá si regresas o no la llamada. Aquí te dejo un ejemplo de su buena utilización:

- ¿Qué onda, vamos el miércoles al cine?

- ¡Cierto! Dos pobre uno. Pues sí, vamos. Ese día salgo tempra. ¿Nos vemos en las escaleras del cine? Te mando un mensaje pobre cuando me desocupe del trabajo.

- ¡Arre! Yo te mando uno cuando salga de la casa y otro cuando llegue.

- ¡Ya rugiste, león!