domingo, 20 de abril de 2008

CUANDO LA LUNA SE PONE RE GRANDOTA

Hace unos momentos pensaba en por qué del abandono constante de mi bloggsito rosa... siempre es interesante (puajjhh!! palabra aburridamente aburrida) ver ahí en la pantalla, con las letras verdes que tanto me gustan, las mangoneadas que escribo (ushh ya se me antojó una). Pues claro, me la paso haciendo cosas, y de escribir...? Pero bueno, de vez en cuando, uno tiene que darse sus escapaditas al ciberespacio y nadar entre letras, fotos y tripeos. O ya de perdida prepararse un expresso para que el sabor de la vida se amortigüe con la cafeína. Mmmm... entonces... tripeo? Café? Tripeo vs café? Tripeo y café? Cafetripeo? Reciclaje? Mejor (además de los regalos sin entregar). Pues ahí les va. Nomás tres para no excederse, eso de los textos largos por acá, pues como que no.

PARA ESTOS DÍAS DE FRÍO
Tejer una bufanda no es nada complicado. El meollo está en coordinar ágilmente los derechos y revés (si se quiere una puntada sencilla), ser creativo en la combinación de colores y calcular la longitud y anchura exacta del producto. Pero lo más importante es conseguir un estambre resistente (de preferencia poliéster) para que llegada la hora no se reviente y te deje a medio asfixiar.



UN ARTE MILENARIO
Manejo títeres desde hace cinco años. Tengo 2 marionetas, 6 guiñoles, 4 dedales, 3 de mesa y una mojiganga. Siempre estoy ideando uno nuevo y en cuanto puedo lo construyo. Los guardo en cajas y bolsas. Muchas veces he querido repararlos pero me salen tareas imposibles de aplazar. Gracias a ellos como, viajo, leo y visto. A veces los reemplazo, los arrumbo y los olvido. La mayoría no ha vuelto a escena. Seguramente es por eso que ahora me tienen ellos en una caja, con el estomago lleno de hule espuma, los labios zurcidos y unas cuantas varillas atravesadas en la espalda, lista para ser arrumbada y olvidada.