sábado, 8 de marzo de 2008

LOS SALVADORES

En Gran Ciudad habitan cinco alertados jóvenes. Hartos de los secuestros express, el abuso policiaco, los comandos negros y toda violencia que tranquilamente ignora Funcionario Público, idean desde hace algunos meses un acto que
- ¡Sacudirá a la población! ¡Ya lo verán!
Llega el día y Los Encajuelados están listos. Vestuario y utilería en sus lugares.
Acompañados por la esperanza arriban al centro de Gran Ciudad y estacionan el carro justo en Transitada Esquina. Bajan 1 y 2 sacando a 3 a tirones. Lo tiran al piso y lo golpean. 3 queda inmóvil. La gente observa de reojo sin detenerse. 1 y 2 abren la cajuela y sacan a 4 envuelto en una cobija. Lo colocan en la banqueta. Suben al auto y 5 arranca.
3 y 4, atentos a las reacciones, entre el imperante silencio y el tiempo que transcurre, alcanzan a percibir las palabras que Señora le dice a Niño:- Mira hijo, dos muertos más. ¡Ay! ¡Es tardísimo, nos van a cerrar la tienda! Apúrate.

CITA

Y el cielo se abrió.
De él brotaron millones de palomitas de maíz. Las nubes formaron una gran pantalla y al cantar del gallo la gente salió de sus casas. Se recostaron en pasto, asfalto, techos, tierra y observaron tranquilamente “El Santo contra las mujeres vampiro” mientras sus bocas masticaron el maíz cubierto de glóbulos rojos.