sábado, 21 de noviembre de 2009

LLAMADO

Oye tú, ven, anda, canta bajito como siempre lo haces. Mírame con tus misterios, ojos nostalgia que me visten y desvisten. Baila, con mí, con tú, con mi nariz destrozada. No me tires, no me celes, sólo ama, núcleo mío. Hasta la luna, digo, dije "te quiero de aquí a las estrellas de ida y vuelta a la cuarta potencia y en submarino". No te miento, no te lluevo, yo te sueño entre arrullos y murmullos canderel y neón y resortes y tus besos. Quiere estos rizos que te ven en todos los rostros. Quiere estos dedos que te sienten en el aire. Quiere a las ámbar, al cabernet que navegan en la acuosidad de mi espectro. Quiere a la mañana que siempre estará para mi, para tú. ¿Alcanzas esos girasoles del techo? Tómalos y guardalos bajo la almohada para suspender la marcha de la luz y los astros y los camiones y la mariposa congelada. Anda, pequeño mío. Llega sin aviso, la puerta abierta pasillo primer recámara izquierda voz haiku "De no estar tú/demasiado enorme/sería el bosque".

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