Hoy me sentía (todavía un poco) muy mal. Desde hace algunas semanas el ánimo no ha estado bien y creo que ese estrés acumulado dio como resultado dos días consecutivos de jaqueca horrible. En fin, por la mañana decidí salir a tomar un poco el sol para recargar energía, ya saben, eso de la vitamina D. Mientras lo hacía, vi que el nectarino que tenemos en casa ya estaba llenando sus ramas de flores. Me perdí por unos minutos observándolas. Olvidé por completo esas cosas que me vienen martirizando desde hace ya un mes. Recordé que es genial disfrutar de esos pequeños detalles. Bueno, aquí está una imagen que tomé, aunque nada como tenerlo en frente. Y qué mejor! Dentro de unos meses, cuando las dulces nectarinas estén ahí, con su bondad, dispuestas a ser comidas ;)